
"Almagro ha asegurado que existió fraude en elecciones bolivianas. Eso ha costado sangre y un Golpe de Estado. No se trata de dar “opiniones”. Que se haga misión de expertos que nos diga si hubo o no fraude. Si es lo segundo, Evo es presidente electo de Bolivia, y Almagro un canalla", escribió Correa en Twitter.
Esto a razón de un par de estudios internacionales, uno realizado por Walter Mebane, un reconocido cientista considerado como uno de los principales expertos en fraude electoral del mundo, quien afirmó en un informe que hubo irregularidades estadísticas que podrían indicar fraude sólo en 274 de las 34551 mesas de votación y que no se diferencia mucho de patrones vistos en otros comicios en Honduras, Turquía, Rusia, Austria y Wisconsin, cita el portal izquierdista Política Argentina.
“Incluso removiendo los votos fraudulentos, el MAS tiene una ventaja superior al diez por ciento”, sentencia el trabajo de Mebane.
El otro estudio fue del CEPR, un think tank que integran investigadores de distintas universidades de Europa que sostiene que “ni la OEA ni nadie más pudo demostrar que haya habido irregularidades sistemáticas ni extendidas en las elecciones".
En otra opinión por quien es un prófugo de la justicia ecuatoriana, expresa que "el entreguismo de Almagro realmente lo ha desequilibrado. Nadie duda quién ganó las elecciones. La discusión es con cuánto. En todo caso, aquí la propuesta: un grupo de expertos independientes que prueben el “fraude”. Si lo hubo, todas las sanciones. Si no, ciao Almagro y OEA".
Una comisión de la OEA determinó graves irregularidades en los comicios presidenciales bolivianos de octubre, donde presuntamente habría salido reelecto Morales en la primera vuelta con más del 47% de los votos.
Esto llevó a 18 días de protesta y fue el domingo pasado cuando Morales anunció su renuncia al cargo, en respuesta a un supuesto golpe de Estado, luego de que las Fuerzas Armadas y la Policía le recomendaran dejar el poder por el fraude consumado.
Morales se asiló en México, país que lo acogió por un "deber moral y político", según declaró ayer el presidente Andrés López Obrador, quien agregó que la vida del expresidente boliviano estaba en "peligro".
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