Exclusiva ND | Paola Bautista: Nueva alianza tiene el desafío de generar presión interna fortaleciendo sus partidos

Política | abril 16, 2021 | 10:17 am | .

La doctora en Ciencia Política, Paola Bautista de Alemán explicó los principales desafíos que tiene la nueva alianza opositora anunciada por el G4 y otras organizaciones afín a Juan Guaidó. Esta nueva estrategia debe ser capaz de generar consenso entre los dirigentes políticos y los diversos sectores del país, basados en la confianza y criterios «comunes» de diagnóstico y de lucha.

En entrevista concedida a ND, Bautista Alemán aseveró que ir o no a elecciones es un debate necesario y sobre todo inevitable, ya que los procesos electorales son el camino electoral para alcanzar la democracia. Por tanto, la oposición tiene el desafío de consolidar la unión necesaria para superar la «profunda atomización» en la que vivimos y enfatizó «salir fortalecidos».

En ese sentido, consideró que evitar el debate es «peor» que asumirlo con responsabilidad, madurez y mucho sentido histórico.
Sobre la postura de Maduro frente al ingreso de vacunas, dijo que esto solo evidencia que el oficialismo solo usa la lógica del poder y usa cualquier ocasión para afianzarse y fustigó «no enfrentan la crisis con una lógica humanitaria, sino instrumental y de poder en donde ellos salen «ganando» porque solo se atornillan más en el poder».

A continuación nuestra entrevista:

– La oposición se debate nuevamente entre participar o no participar en las elecciones regionales. ¿Cómo evalúa usted este debate?

– El debate de la oposición sobre participar o no es un debate inevitable y necesario. El desafío de ese debate es encontrar mecanismos de consenso que permitan superar la profunda atomización que vivimos en el espectro político opositor; que salgamos fortalecidos y que la decisión que se tome sea unitaria. Esto es lo que podrá ayudar a vencer, dar un mensaje de esperanza al país y un mensaje que logre retar a un poder aparentemente absoluto como el que tenemos enfrente. Creo que evitar el debate es peor que asumirlo con responsabilidad, madurez y mucho sentido histórico porque es una coyuntura muy difícil para todos.

– La Unión Europea continúa calificando al Maduro de dictador y no lo reconoce. Sin embargo, sigue apostando a elecciones libres, la misma postura la comparten países integrantes del Grupo de Lima y el Grupo Internacional de Contacto. ¿Ese es el camino correcto para Venezuela?

– Operan dos razonamientos el primer razonamiento es que las elecciones es el camino constitucional que ofrece nuestro marco jurídico y lo lógico es que apuesten a esos caminos civilizados. El reconocimiento de naturaleza fáctica no desdice el mantenimiento de la denuncia de su ilegitimidad, eso ha ocurrido en muchos países. El cambio más drástico de la historia fue Patricio Aylwin en 1985, cuando dijo:

Pinochet es un dictador, la constitución de 1980 es ilegítima, pero nos ofrece caminos de liberación y nos suscribimos a ella.

– Esto es una suerte de la ley a la ley, y ese principio es muy importante el reconocimiento del régimen no implica que no se mantenga la denuncia de su naturaleza ilegitima. Si esto es la forma correcta o no, depende de que llames tú correcto porque desde el punto de vista constitucional es lo correcto, apelar a las leyes. En términos de eficiencia, solo el tiempo y la pericia podrán decir si es correcto o no.

– Además de las sanciones, ¿qué otro tipo de presiones son necesarias sobre Maduro? ¿Usted cree que a Rusia, China e Irán les convendría un cambio de gobierno?

– La presión que es insustituible y definidamente es un desafío es la presión interna porque actualmente enfrentamos dos grande obstáculos: la pandemia que es muy dura que arrebata vidas, que da miedo y que el régimen se apalanca en ella para intensificar la dominación; y lo otro es la naturaleza autocrática del régimen: la persecución, represión, el miedo.

– Por eso la presión interna es tan difícil de activar de forma espontánea. En estos escenarios, lo fundamental es acudir a la capacidad de organización electoral y política; y Venezuela tiene una tradición de partidos muy fuerte. El desafío de presión interna es fortalecer los partidos y que estos encuentren caminos de cooperación con una sociedad civil que es -sin duda alguna- amplia que tiene presencia, opinión y contribuye con la lucha política. Es la principal presión que tenemos y es absolutamente insustituible y que le da soporte a cualquier tipo de presión de quienes nos apoyan desde afuera.

– ¿Cómo evalúa el estado de la oposición en estos momentos? ¿Y qué opina sobre la nueva alianza propuesta por partidos del G4?

– La oposición entendida en sentido amplio, sociedad civil y partidos enfrenta momentos difíciles, enfrenta el cansancio y el dolor de más de 20 años de lucha y eso afecta la capacidad y los ánimos para enfrentar los problemas que vivimos. Ese momento difícil está siendo asumido con conciencia y responsabilidad; y se nos ha hecho público una nueva alianza que está liderada por principales partidos dando cabida a distintas fuerzas.

– El gran desafío es encontrar mecanismos de consensos que estén basados en confianza y criterios comunes de diagnóstico y de lucha. Yo como venezolana espero que todos estos esfuerzos que se están haciendo desde la sociedad civil y partidos lleguen a buen puerto y sean capaces de visibilizar el descontento y las ganas de salir adelante, de vencer tanta miseria, muerte y dolor.

– El mecanismo Covax podría haber sido utilizado como un mecanismo para lograr acuerdo oficialismo y oposición. Sin embargo, Maduro parece haberse olvidado de la oposición y decidió irse por su cuenta. También el oficializo rechazó la propuesta de vacunación de Fedecámaras. ¿Qué le dice eso a usted del estado político del país?

– La experiencia de la actitud con que el régimen asumió y ha sumido el tema de las vacunas y el Covax revela que su lógica es una lógica de poder. Cualquier ocasión o coyuntura es afrontada por ellos, bajo esa dinámica: ¿cómo puedo usar este momento para afianzarme en el poder?, piensan. No enfrentan la crisis con una lógica humanitaria, sino instrumental y de poder, en donde ellos salen ganando –ganar para ellos es atornillarse en el poder-.

– Por eso, utilizan actores políticos, actores sociales o civiles para simular que hay intención de encuentro, simular que hay intención de encontrar salidas, cuando en realidad la única intención es simular y permanecer en el poder. De modo que lo fundamental para nosotros es identificar esa dinámica, si lo identificamos, entendemos que para vencerlo o combatirla con eficiencia debemos estar firmemente unidos porque si estamos disgregados le facilitamos al régimen su tarea de simulación.