Unidad para salir del régimen

Opinión | marzo 18, 2021 | 6:24 am.

Intervención para el Conversatorio “La Despolarización una alternativa” auspiciado por El Repúblicano Liberal y celebrado en Caracas el 17 de marzo de 2021

Los buenos amigos de El Republicano Liberal me extendieron una cordial invitación a un conversatorio titulado “La despolarización, una alternativa”, con la siguiente pregunta de desarrollo: “¿Los factores que nos diferenciamos de las minoritarias colas de la distribución normal, del reduccionismo improcedente, debemos conformar una alternativa nacional que posibilite una salida pacífica, constitucional, democrática, electoral y constitucional de la crisis que nos castiga?”

Lamenté no poder asistir personalmente para intercambiar ideas con ese grupo de ilustres venezolanos preocupados por el país por las razones personales que informé a la Comisión Organizadora del evento, encabezada por el amigo Carlos Padilla, y que espero hayan sabido entenderlas. Sin embargo a pesar de esa situación, creí importante enviarles por escrito algunas reflexiones que espero se puedan incluir en ese importante encuentro en atención a estas preguntas. De hecho serían las mismas palabras que hubiera pronunciado de haber podido asistir.

Lo primero que hay que preguntarse antes de entrarle al planteamiento es si existe en la actualidad una “polarización” en Venezuela. Recuérdese que lo que pasa aquí es una película que cada día se mueve más rápido y que lo ocurrió ayer ya no es válido hoy. De hecho la situación política en el país cambia todos los días, y en algunos casos en horas.

Venezuela se hallaba absolutamente polarizada durante los primeros años de Hugo Chávez, quien administraba en ese entonces una renta petrolera que contaba en mucho con más del centenar de dólares por barril de crudo. Pero esa renta no le llego a la gente como se acostumbraba en la Venezuela saudita del primer período de Carlos Andrés Pérez. Se uso para financiar a Cuba y al resto de los países de la órbita castrista del Foro de Sao Paulo, comprarle armas a los rusos, establecer una hegemonía comunicacional y la destrucción del aparato productivo venezolano. Sirvió para comprar adhesiones de los siempre olvidados a los programas populistas del chavismo y por supuesto enriquecer a toda la burocracia del régimen de una manera grosera y nunca antes vista en los periodos de mayor corrupción en el país.

Por supuesto no se financió el mantenimiento de la gallina de los huevos de oro, Pdvsa, industria que fue desmantelada pieza por pieza para ahora ser entregada a los iraníes en bandeja de plata, rindiendo también honores a la corrupción del régimen, con su principal destructor, el rojo-rojito Rafael Ramírez, asombrosamente libre todavía y financiando con los dólares robados a Pdvsa desde los Estados Unidos, una nueva ala del chavismo para su intento de retorno después de Maduro. Pero esa es otra historia. Al finalizar toda esa fiesta y a la baja de los precios del petróleo y la recesión mundial, se acabó el ingreso de divisas para el régimen pero también la ya mermada calidad de vida de los venezolanos. Hubo polarización en Venezuela hasta allí. Cuando los venezolanos empezamos a sufrir el desastre de dos décadas de destrucción, ya el régimen se había encargado de financiar todo lo necesario para su sostenimiento en el poder. De hecho lo poco que entra ahora al país es para eso, no para darles bienestar a los ciudadanos.

Entonces, aquellos quienes una vez creyeron en el proyecto político de este adefesio que alguna vez se llamó “revolución bolivariana” se vieron que ya no podían comer debido a una hiperinflación descontrolada y descomunal, que ni aun con unas bolsas de comida, que tampoco eran regaladas -salvo que te arrastraras ante ellos- era imposible sobrevivir en Venezuela. Y entonces vino el éxodo masivo…

Primero se fueron quienes medianamente estaban en capacidad de sostenerse con un oficio técnico o profesión universitaria, y luego vino el deslave de todos los demás. Más de 5 millones de personas, en especial de las clases más necesitadas, saliendo a pie de Venezuela por la frontera colombiana, sin rumbo hacia cualquier sitio donde pudieran sostenerse económicamente.

¿Se podría decir que en Venezuela estamos en este momento polarizados después de toda esa tragedia? Mi respuesta es un contundente No. De acuerdo a la reciente encuesta de Meganalisis, realizada del 15 al 26 de febrero 2021 el 77,4% de los venezolanos “cree que el socialismo produce miseria, ignorancia y retraso para los países”.

La mayoría de los venezolanos estamos rechazando de una manera contundente este experimento “socialista” de esta corporación criminal que en mala hora llegó a Venezuela con Hugo Chávez Frías y que aun sigue delinquiendo en Venezuela robándose ante nuestras narices lo poco que nos queda de nuestros recursos naturales en el Estado Bolívar en el Arco Minero. 6,4 millones de venezolanos en una clara mayoría de 97% expresamos en una Consulta Popular vinculante del 7 al 12 de Diciembre que exigimos que Maduro y su banda de delincuentes dejen de usurpar el poder en Venezuela para poder realizar elecciones libres, justas y verificables.

En consecuencia no se puede pensar en una “despolarización” porque el fenómeno dejó de existir. Lo que resta es la unión organizada de los factores que no se ven representados por nadie, ni por el régimen ni por su oposición que ahora están buscando desesperadamente convencernos de unas elecciones para elegir unos gobernadores que no servirán para absolutamente nada de lo que necesitan los venezolanos, que es salir con urgencia de los criminales que gobiernan al país. De acuerdo con esa encuesta de Meganálisis, el 71,4% de los venezolanos cree “que los partidos políticos de oposición y el PSUV” son iguales. ¿Y porque creen ustedes que pasa eso? Porque lo que está a la vista no necesita anteojos y una clara mayoría apuesta por algo diferente del régimen y su oposición.

De la misma manera un 52,6% de los venezolanos cree que el cambio político se producirá por “la aparición de un evento de fuerza”, aunque no se especifica si sería desde adentro o de afuera del país. El 5,2% cree que será por Diálogos y Acuerdos, y un 15,7% por elecciones. En otras palabras, el 73,5% está apostando por un cambio político aunque hay criterios diferentes de cómo se producirá. En todo caso lo que SI existe es una unidad para salir del régimen en la mayoría de los venezolanos a la brevedad posible para poder reconstruir a Venezuela. Ya dejamos de estar polarizados para estar unidos para sacar a estos delincuentes. Lo que falta es formalizar esa unión y organizarnos para eso.

A la pregunta “¿Los factores que nos diferenciamos de las minoritarias colas de la distribución normal, del reduccionismo improcedente, debemos conformar una alternativa nacional que posibilite una salida pacífica, constitucional, democrática, electoral y constitucional de la crisis que nos castiga? Mi respuesta es un rotundo SI. Y ya lo comenzamos a hacer.

Fue a través de la organización de ANCO a nivel nacional y sus principales representantes, la Dra. Blanca Rosa Mármol de León y el Ing. Enrique Colmenares Finol, integrando el Comité Organizador de la Consulta Popular designado por la Asamblea Nacional, quienes lograron hacer la sinergia requerida con la sociedad civil para alcanzar el resultado de 6,4 millones de participaciones donde se exigió el cese de la usurpación de Nicolás Maduro Moros, el rechazo las elecciones irritas del régimen del 6 de Diciembre de 2020 y ordenar las gestiones necesarias para buscar las ayuda humanitaria internacional y detener los crímenes de lesa humanidad del régimen.

El esfuerzo de la Consulta Popular requirió de organizar a la sociedad civil en una sola entidad para enfrentar ese reto, y convencer a voluntarios y ciudadanos de que sí era posible lograr un cambio en paz y constitucionalmente, logrando un sorprendente respaldo en la mayoría de los Estados de Venezuela, lo que tradujo ese resultado contundente reseñado en todo el mundo.

Ahora bien como segunda fase de la Consulta Popular se requiere concretar el cumplimiento que deriva de ese mandato constitucional. Se necesitan de apoyos de todo tipo: económicos, logísticos e institucionales dentro y fuera de Venezuela para movilizar a la sociedad civil y continuar con este esfuerzo de devolver a nuestro país al concierto de las naciones civilizadas del mundo. En este sentido ANCO está promoviendo en toda Venezuela lo que hemos denominado el Pacto para el Restablecimiento Constitucional que establece las bases para una organización mayor de la sociedad civil, más allá del logrado con la Consulta Popular. Se han sostenido encuentros con importantes fuerzas en el país que se están haciendo presentes en ese Pacto y que fortalecerán la presencia determinante de la sociedad civil a la hora de los próximos cambios políticos en Venezuela. Una vez concretado el desplazamiento del régimen con la ayuda necesaria para hacer cumplir el mandato de la Consulta Popular de Diciembre de 2020, estaremos en una mejor posición para establecer las bases para retomar la convocatoria del proceso Constituyente de carácter originario con el Gobierno de Transición que se establezca, siendo la sociedad civil coprotagonista de ese esfuerzo.

Hago desde aquí un llamado a todos los venezolanos dentro y fuera del país a integrarse activamente a la ejecución de ese Pacto para el Restablecimiento Constitucional desde el cual estamos seguros que motorizaremos la fuerza que solo tiene el Depositario de la Soberanía para expulsar al régimen de Maduro. Les invito formalmente a acompañarnos en este esfuerzo y ayudarnos a concretar ese objetivo para todos los venezolanos.

Muchísimas gracias…

Directivo de Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO

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