Apertura económica, a lo mero forajido

Opinión | febrero 26, 2021 | 6:24 am.

La narcosatrapía de Venezuela, en persona, la propia, la misma, la que ha lanzado por un acantilado a la economía nacional, ha anunciado que abrirá esta última al capital privado. Hicieron tierra arrasada con las industrias, las fincas agropecuarias, los comercios, con los bienes propiedad de particulares, en general. Ahora, pretenden seguir el robo socapa de privatizar lo robado.

¿Van a devolverles, a sus legítimos dueños, las posesiones saqueadas y desvalijadas, porque todo lo que tocan lo hacen trizas? ¿Van a rematar sus vestigios, no a los mejores, sino a los peores postores, léanse, sus amigotes, compinches o carnales?

Después de 21 años con la chapuza que el “Socialismo del Siglo XXI” salvará al mundo del capitalismo, ahora salen con el cuento chino, que el capitalismo salvará al inmundo Socialismo del Siglo XXI” ¡Ustedes lo que quieren es raspar la olla, sinvergüenzas!

Meses atrás, en específico el ocho de octubre pasado, la ilegítima, a todas luces, Asamblea Nacional Constituyente, para prepararle el terreno a la no menos ilegítima apertura económica, había sancionado, la denominada Ley “Constitucional” Antibloqueo.

La única ley es que no hay ley. Esa es la premisa de la que hay que partir, en materia de normas, de todo rango, promulgadas por la susodicha narcosatrapía.

Por nefasta, injusta, contra natura, por torticera que sea, toda ley, reglamento, instructivo o manual promovido por tal camarilla, peor que su letra será su ejecución.

Si por vía legislativa, por usar un ejemplo concreto, crean un súper escuadrón anticorrupción no hay que ser muy zahorí para predecir que después de la publicación de la respectiva ley, los sobornos aumentarán de precio, porque habrá que sobornar a más gente, incluido el mismísimo súper escuadrón supuesto a combatir el flagelo. Ya el Conde de Romanones, ladrón desvergonzado, pero nunca tanto como sus mencionados émulos, lo tenía dicho: “Quédense con las leyes que yo, me quedo con los reglamentos y me daré por bien servido.”

¿Privatizar Pdvsa? ¡Sí ya la tienen “privatizada”! Comenzó -“¡Despídase a Fulano! ¡Despídase a Mengano!” vociferaba, el peón alzao que entonces desgobernaba Venezuela- cuando el 2002 cesanteó a los 18 mil profesionales de la industria, sustituidos, a la postre, no por otros, 18 mil empleados, sino por 120 mil nuevos burócratas. Vagos e ignaros en materia petrolera, en su mayoría, pero fichas, todos, del partido de gobierno, que no es partido, sino, patota o Patio de Monipodio. A la otrora “Primera Industria”, nacional la acabó de desmantelar o “privatizar” a lo mero forajido, poco después, el sujeto nada viril que la presidió por 12 años. El muy ladrón. Hoy, agazapado en su ciudadela, construida en el extrarradio de Milán, Italia, no lo ahorcan por menos de 20.000 millones de dólares, “privatizados” en su bolsillo, a lo mero forajido, mientras que la casa matriz petrolera, ha quedado en la carraplana.

Los hijos del “Chapo” Guzmán o los integrantes del Cártel de Sinaloa, pongamos por caso, se animan a ponerle la mano, a lo que queda de la C.A. Teléfonos de Venezuela, Cantv. No pueden aparecer, a sus nombres las acciones de tal empresa, por razones obvias. Pero la Ley Antibloqueo es sabia en materia de encubrimiento de narcotraficantes. La antes estatizada, Cantv, se les transferirá a los susodichos bajo el más estricto secreto porque así lo permite, de manera expresa, la citada ley. El Estado venezolano seguirá fingiendo y figurando, de testaferro, como supuesto propietario y la telefónica, es decir los hermanos Guzmán o el Cártel de Sinaloa, celebrarán, a sus anchas, toda clase de operaciones, con sus pares forajidos de todas las nacionalidades y calañas.

Increíble, pero cierto y peor aún: Para blindar más y mejor el lavado de dinero negro, la ley en cuestión establece que las negociaciones de la empresa privatizada, la Cantv, en tal hipótesis, no se nominarán de dólares, ni en moneda nacional de ningún otro país, sino en criptomonedas que se presta mejor a la legitimación de capitales.

En cuanto a las escogencias de los compradores y fijación de los precios de las “privatizaciones” no se establecerán a través del tradicional sistema de subasta pública, sino en privado y a dedo.

“Privatización”, a lo mero forajido. Pa’ que sepamos que hay “gobielno”.

@omarestacio