Elecciones, un juego para inocentes

Opinión | agosto 19, 2020 | 6:16 am.

El no participar en las parlamentarias previstas para diciembre requiere de un Plan “B”, que se pueda desarrollar antes de éstas. Muchos piensan que sería un suicidio político llamar a la abstención sin contar con otra salida. En síntesis, no basta la obtención. Dice el refrán: “Después de ojo sacado no vale Santa Lucía”.

El tema es argüido y delicado, por tener varias aristas que confunden al jugador. Las reglas de juego deben estar claras de cara a ese proceso. Por lo visto, un solo jugador impuso las normas. Esto pasa por tener un país atípico. No es de extrañarnos que mañana la Asamblea Nacional difiera su mandato o nombre los rectores y estos llamen a elecciones libres y transparentes, con observadores internacionales. Sumado a ello, el Presidente (e) nombre su Plan República, Ministro de la Defensa y resto del gabinete. Todo esto puede suceder en el país intermitente.

El manifiesto de la Conferencia Episcopal, los análisis de Gustavo Azocar, Luisa Ortega Díaz y otros, no son descabellados. Sus contenidos tienen muchas verdades, difíciles de silenciar o de ocultar con un dedo, menos aún, con descalificativos. En democracia es válido opinar para poder lograr el debate. Extrañamente, en sus alegatos, las irregularidades y el “ventajismo bárbaro” que tiene el régimen en este tipo de procesos, lo tratan muy sutilmente, donde ahí está el nudo gordiano del problema. Una cosa es la elección y otra es el fraude.

Las juntas comunales tienen una información muy completa de sus localidades donde monitorean datos importantísimos de la población. Por ejemplo, en la actualidad realizan una encuesta donde preguntan por la talla de calzados y pantalones que es un distractor porque al final indagan: ¿Dónde y por quién vas a votar? Si respondes: “el voto es secreto”, te señalan como “voto blando”. Ese control, carnet, bonos, cajas, bolsas, etc., es parte del ventajismo. La pandemia, la falta de recursos, alimentos, medicamentos, gas, gasolina, fraccionamientos de partidos, persecución y de detención de líderes, exilios y demás yerbas, son también, claras desventajas para la oposición. Sería una gran irresponsabilidad por parte de los sectores democráticos, si echan estas realidades en un saco roto.

Actualmente surge como una esperanza el comunicado, contundente, claro y oportuno del grupo de países que apoyan la libertad y democracia para nuestro país, donde exhortan a todos los partidos políticos e instituciones a conformar una unidad nacional que apoye un proceso que establezca un “gobierno de transición” de amplia aceptación y que en breve, lleve adelante unas elecciones libres y justas. Aquí no hay nada que inventar: Es el camino correcto. El exhorto de la Comunidad Internacional es un ultimátum tanto a partidos políticos, como a la comunidad en general, y muy especialmente al régimen, y como dice el dicho: “o corren o se encaraman”.

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Santa Ana del Norte