Transición democrática

Opinión | abril 13, 2020 | 6:20 am.

Es fundamental recordar que en Venezuela los vuelos internacionales -mucho antes de la pandemia- estaban reducidos a su mínia expresión, al menos en un 80%. Por lo tanto, cabe preguntarse: ¿Es comparable nuestra situación con los países de primer mundo?

Es inverosímil escuchar a la mayoría de los “políticos” venezolanos, los cuales se han limitado a aterrizar a la gente, confinarla en sus casas y desentenderse de los graves problemas que atraviesa el país en materia alimenticia, sanitaria y energética. Los mecanismos de poder, una vez más, someten a la población excusándose en hechos fortuitos; no es que «lo malo sea bueno», simplemente se debe ser objetivo al analizar las razones por las cuales los contagios están contenidos.

Cuando se trascienda la emergencia pandémica los demócratas debemos repensar nuestras estrategias. Ya que es habitual el debilitamiento y desarticulación de las fuerzas de oposición al régimen ante cualquier suceso de fuerza mayor. Delegar nuestra responsabilidad y potencial de lucha democrática en un país extranjero, siempre será un fracaso si primero no organizamos y unificamos nuestro potencial de lucha. EE.UU no puede ser una tabla de salvación, sin la verdadera democratización al interior de los partidos y movimientos políticos.

Propicia es la declaración de Elliott Abrams para romper con el generalizado discurso de la imposibilidad de una salida negociada con el régimen. La incansable petición de intervención no es más que un desconocimiento de los procesos de transición en la historia.

Es obligante negociar, hacer ejercicio de la política, abandonar la impaciencia y fantasía de un arreglo exterior. Hay que abandonar la intransigencia contraproducente. Debemos superar el extremismo que marcan algunos personajes que llevan el mismo tiempo que tiene este régimen fracasando.

Pero es que el diplomático estadounidense, William Brownfield, fue más directo y cito textualmente lo que dijo: «Es importante que la oposición siga concentrada en los pasos que deben tomar para acabar con esta tragedia. No deben contar con que EEUU u otro entrará a solucionarles los problemas que tienen».

En resumen. Los pasos que deben seguirse tienen que ser constitucionales y legítimos, no terroristas, violentos, magnicidas o golpistas. Es decir, la dirección política tiene que aprender algo de lo que es democracia, ya que no hay forma de arribar a una transición exitosa, sino es por medios y métodos democráticos.

A propósito de haberse cumplido 18 años del 11 de abril de 2002, fecha que constituye el primer eslabón de lo que ha sido una larga y evidente cadena de errores, nos debe servir de lección para entender que no existen las transiciones “como sea”, por la simple razón que la estabilidad o inestabilidad de la democracia futura depende precisamente de cómo lleguemos a ella.

Sabemos que desde “twitterzuela” nos insultarán. Otros más “valientes”, que ni siquiera están en el país nos amenazarán. Pero seguiremos abogando por la paz, el diálogo, la negociación política, y el voto para salir del peor gobierno de nuestra historia. Somos demócratas a carta cabal y como tales, actuamos. Para rescatar la democracia no necesitamos actuar como un dictador más.

Para finalizar, desde Unidad Visión Venezuela queremos invitar a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a sumarse con nosotros en esta lucha para crear conciencia, sin amarillismo político, ni fanatismos. Necesitamos más que slogan o palabras bonitas para avanzar hacia el cambio que merecemos los venezolanos.

Diputado a la Asamblea Nacional

[email protected]
www.unidadvisionvenezuela.com.ve
Twitter: @omaravila2010
Instagram: @OmarAvilaVzla