Chárbel, un santo libanés

Opinión | abril 5, 2020 | 6:24 am.

El segundo domingo del mes de diciembre de 2019 asistí a la Misa que el señor Antoun Bakhos, presidente de Seguros Pirámide, rinde a su personal y personas allegadas. Como ya es tradición fue oficiada por altos representantes de la Iglesia Católica venezolana. Las palabras que antecedieron la Misa fueron dichas por el señor Bakhos, quien de manera pedagógica y didáctica nos hizo una descripción de San Chárbel.


Hoy en estos tiempos de pandemia de virus chino o Covid 19 como se le conoce, invito a mis lectores a conocer, a Chárbel, un santo libanes.

El 6 de mayo de 1828 en el pueblo de Begakafra, a 140 kilómetros del Líbano, capital libanesa, del seno de una familia campesina nació el quinto hijo de Antun Makhiouf y Brigitte Chidiac. A los ocho días fue bautizado en la iglesia de Nuestra Señora con el nombre de Yusef (José). A los tres años de edad queda huérfano de padre. Antun era del ejército turco y en la guerra contra los egipcios muere cuando regresaba a casa. Su madre queda al frente de la familia. A todos los hijos les dio ejemplo de virtud y fe. Transcurrido los años contrae nuevas nupcias con un hombre devoto que luego será ordenado sacerdote (en el rito maronita los hombres casados pueden ser sacerdotes).

El Líbano es el hogar principal de los Maronitas y sede de sus Patriarcas. Forma parte de la llamada Tierra Santa.

Sus primeros estudios los realizó en la escuela parroquial del pueblo. Ayudó a su padrastro en el sacerdocio. Con él aprendió a llevar una vida en oración. A los 14 años era pastor de ovejas y dedicado a la oración. Un día en el pastoreo de sus ovejas descubrió una cueva cerca de los pastizales, cueva que después visitaba con suma frecuencia y pasaba la mayor parte del tiempo orando. Los otros jóvenes pastores no entendían a Yusef y lo que hacían era burlarse de él. Yusef tenía mucho interés por conocer y estudiar la vida religiosa, la vida de los monjes. Por ello, visitaba con mucha frecuencia a dos de sus tíos maternos, que eran ermitaños y pertenecían a la Orden Libanesa Maronita.

“Deja todo, ven y sígueme”. Cambio su nombre

En 1848, Yusef tiene 20 años. Era el sostén de su familia. Era tiempo de contraer matrimonio, pero decidió esperar. Tres años después, una mañana escuchó la voz del señor que le dijo “Deja todo, ven y sígueme”.

ingresa al Convento Nuestra Señora de Mayfoug recibido como postulante. Ahí renunció a su nombre bautismal de Yusef y escogió como nombre de consagración Chárbel. En 1853 tiene 25 años de edad, y profesó los votos perpetuos como Monje del convento de Annaya. Posteriormente realizó sus estudios de filosofía y teología en el Monasterio de San Cipriano de Kfifen. Según la liturgia católica se consagró al Señor por los tres votos religiosos de obediencia, pobreza y castidad.

A la edad de 31 años tiene su plena consagración recibiendo el sacramento del sacerdocio el 23 de julio de 1859 en la sede patriarcal de Bkerke, por la imposición de las manos de Monseñor Yusef El-Marid. Ahí pasó 16 años de su vida de oración y apostolado, trabajando con sus propias manos cosas muy humildes, ayudando a sus semejantes.

Una vida consagrada al sacerdocio

El Beato Nemtala El Hardini fue su maestro espiritual y profesor de Teología. De él aprendió San Chárbel mucho de lo que en su vida sacerdotal puso en práctica. El maestro lo había enseñado y fue quien le dijo: “Ser sacerdote, hijo mío, ser otro Cristo. Para llegar a serlo no hay más que un camino: ¡el del Calvario! Comprométase sin decaimiento. Él lo ayudará”.

Después de esas palabras prodigiosas, Chárbel vivió su consagración religiosa y sacerdotal, imitando a Cristo el sacrificado y haciendo de su misa el centro alrededor del cual se cristalizaría su existencia como sacerdote ermitaño. Tuvo muchos años dedicados a la Eucaristía y a la Virgen María.

Chárbel entendió la misión del sacerdote y dejó atrás casa, familia y la tierra para dedicarse a ejercer el ministerio dentro de los límites de su vocación monacal. Fue tal su desprendimiento que llegó al punto de rehusar a ir a su aldea para celebrar una misa en presencia de su madre, la cual no pudo asistir a su ordenación sacerdotal. El espíritu que lo llevó a tomar esa decisión, será siempre el secreto de su mística espiritual y el misterio de su santidad.

Vida de ermitaño

Según la Biblia, Dios llama al sacerdote como llamó a Abraham: “Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y ve al país que yo te mostraré. Yo …te bendeciré. Engrandeceré tu nombre y serás una bendición y por ti se bendecirán todos los pueblos de la tierra”.

El 13 de febrero de 1875, a los 47 años, Chárbel recibe la autorización para vivir como ermitaño, lo que hace desde ese momento en soledad y oración en la ermita de los Santos Pedro y Pablo. Comía una sola vez al día, y así vivió hasta los 70 años. Rezaba siete veces diaria hasta el día que Dios lo llamó en su presencia, el día de la navidad. El 24 de diciembre del año 1898.

Celebridad y milagros

Después de su muerte es que toma celebridad el Padre Chárbel. La tradición popular dice que Dios quiso señalar a este Santo por numerosos prodigios o milagros. Inmediatamente después de enterrado, durante cuarenta y cinco noches, abundaron testimonios de que brilló una luz muy intensa en su tumba. El pueblo lo veneraba como Santo aunque la jerarquía y sus mismos superiores prohibieron su culto formal mientras la Iglesia no pronunciara su veredicto.

Ante la insistencia de su pueblo y los eventos considerados milagrosos, finalmente se procedió a la exhumación de su cuerpo cuatro meses después para examinar el fenómeno. El monje Chárbel Makhlouf había sido enterrado sin ataúd, como recomienda la regla de su Orden. Encontraron su cuerpo flotando en el barro en una tumba inundada de agua. Su cuerpo se conservó incorrupto, sin la rigidez habitual, con la temperatura de una persona viva, sudaba sangre hasta el día de su canonización. Emite constantemente un bálsamo perfumado que ha sido apreciado como prodigioso.

La devoción a San Chárbel se ha propagado en la actualidad por el aumento de milagros atribuidos a su intercesión.

“El Santo Chárbel ha realizado milagros en todo el mundo, en Líbano, Irak, Brasil, Egipto, USA, Australia, Argentina, Rusia”, dice el Sacerdote Wissan Akiki de Saint Joseph Catholic Church en Phoenix en el 5406 E, Virginia Avenue. .

Más de 20 mil milagros han sido investigados y registrados por la Iglesia Católica.

Beatificado y canonizado

La beatificación del Padre Chárbel fue el 5 de diciembre de 1965, cuando el papa Pablo VI, dijo: “Un ermitaño de la montaña libanesa puede hacernos entender, en un mundo fascinado por las comodidades y la riqueza, el gran valor de la pobreza, de la penitencia y del ascetismo para liberar el alma en su ascensión a Dios”. Doce años después, el 9 de octubre de 1977, fue canonizado.

“Yo tomaré de lo más escogido del Cedro, de lo alto de sus ramas y la plantaré sobre un monte alto….Y dará fruto y llegará a ser un Noble Cedro”. (Libro de Ezequiel 17: 22- 23).

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