La oposición civil presente

Opinión | marzo 13, 2020 | 6:24 am.

Con el fragor de esta lucha por sobrevivir a este régimen, su oposición oficial y la grave situación económica que vivimos en Venezuela, había olvidado la construcción teórica que había comenzado hace años acerca de los fundamentos del porque iniciamos esta lucha desde la sociedad civil. En agosto de 2012, pocos meses antes del desastre de Capriles-Chavez escribí una nota que titulé “Oposición civil”.


Definía allí el término: “La oposición civil es la sociedad civil en su papel protagónico de los cambios, y su actuación en los asuntos públicos se manifiesta en su participación activa y contralora de los principales actores públicos. Siempre será opositora y les recordará permanentemente a esos actores que existe un país anónimo al que les afectan las decisiones y las políticas públicas que se apliquen a los ciudadanos. Son las personas de a pie que no militan en partidos pero que son ciudadanos conscientes que viven y quieren a su país, ONG’s que tienen sus espacios civiles, personalidades generadoras de opinión sin vinculaciones ni rabos de paja, que están día a día aportando su granito de arena para las cosas se hagan bien. De haber existido antes esa participación decidida tal vez las cosas no hubieran llegado tan lejos y Chávez no existiría en la escena política venezolana”.

Parece que esto se tendrá que hacer valer por mucho en los próximos meses. Después del 10M nos quedamos sin políticos. Juan Guaidó paralizó al país y ese país expectante esperó ese día porque “pasaría algo”. Y como varias veces dijimos, no pasó nada.

Lo único lamentablemente relevante fue la intervención de ese dinosaurio que ha marcado la política venezolana por varias décadas, Henry Ramos Allup, llamando a todo el mundo a votar en unas elecciones parlamentarias en las que solo cree él, el régimen y los colaboracionistas que le acompañan, supongo que pensando que los venezolanos seguimos siendo los mismos idiotas que viven en Narnia donde no existe una mafia narco-criminal gobernando el país. Será porque él es parte de esa mafia…

Desde que el Libertador reconociera a la sociedad civil en la Carta de Jamaica de septiembre de 1815, los venezolanos hemos estado a la búsqueda de una apropiada ubicación de este concepto que parece difuso. Al decir: “Nosotros somos un pequeño género humano (refiriéndose a los habitantes del Nuevo Mundo); poseemos un mundo aparte, cercado por dilatados mares; nuevos en casi todas las artes y ciencias, aunque en cierto modo viejos en los usos de la sociedad civil”. Siempre he manifestado que la sociedad civil de acuerdo a ese concepto de Bolívar fue primero porque los “usos de la sociedad civil” no son más que el comportamiento civil y ciudadano que todos llevamos dentro para la construcción de una sociedad mejor y más justa.

Al vernos completamente desguarnecidos de la protección que nos deben nuestros representantes electos cuando nos llevan de nuevo directo al matadero electoral del régimen, no nos queda otra a quienes nos vemos identificados con eso que llamamos sociedad civil insistir en nuestras propuestas, y darle la bienvenida a otras nuevas que salgan públicamente porque algo hay que hacer desde nuestras tribunas para de alguna manera cambiar el rumbo que consideramos equivocado que estos políticos nos están marcando.

He descrito en varias oportunidades la propuesta de una Consulta Popular Plebiscitaria o Consulta Mundial de la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, para el logro del Cese de la Usurpación. No ha sido de ninguna manera fácil explicarla pero no descansamos en volverlo hacer las veces que haga falta. Nuestra propuesta consiste en lograr que los venezolanos expresen formalmente su voluntad mediante una Consulta Popular Plebiscitaria, administrada por la misma sociedad civil, que decida la presencia de Nicolás Maduro Moros en poder, y a la vez invocar en ella por parte del propio pueblo venezolano, sin intermediarios, la ayuda de la fuerza formal de las naciones en el caso de que este se niegue a acatar ese mandato que exprese el pueblo venezolano en esa Consulta Plebiscitaria, haciendo efectivo el compromiso de intervenir en el país en ocasión a los delitos de lesa humanidad que comprobadamente está cometiendo el régimen en contra de la población.

Esta Consulta debe ser impuesta desde afuera por parte de la Comunidad Internacional como solución al régimen y estar dispuesta a hacerla efectiva. En otras palabras es una solución de afuera hacia adentro. Para ello la sociedad civil se organizaría dentro y fuera de Venezuela, no solo para convencer a esa Comunidad Internacional de que es una solución determinante porque proviene de nosotros los afectados y que estamos en el derecho constitucional de hacerlo por encima de quienes nos representan, sino para contar la voluntad de los venezolanos con la ayuda de observación internacional.

Si logramos que Donald Trump, Presidente de los Estados Unidos, exprese públicamente que su país se compromete a ayudar a hacer efectivo el mandato expresado en esa Consulta Plebiscitaria promovida por la sociedad civil, no solo saldrán los recursos para realizarla, sino que se ordenaría el uso formal de la fuerza por parte de los factores internacionales que han expresado que no la usarían por iniciativa propia. Si el régimen se somete a la voluntad popular – como debería ser – el resto sería negociar con ellos las condiciones de su salida. Pero si no se somete, entonces funcionaría la expresión del mandato ciudadano solicitando una intervención de carácter humanitario. Allí entraría el Consejo de Seguridad de la ONU, quienes contarían con el respaldo formal incuestionable de un pueblo que en Consulta solicita ayuda para desalojar una mafia narcocriminal del poder.

Es por ello que siempre he dicho que lo PRIMERO es que todos los factores se convenzan de esta iniciativa como solución política antes que nada, para LUEGO trabajar en convencer a quienes pueden hacerla efectiva fuera del país. Para adelantarme a la pregunta que puedan estar haciéndose algunos al leer estas líneas, hemos hecho del conocimiento de esta iniciativa al Presidente Encargado Juan Guaidó desde hace meses, sin respuesta alguna.

Explicada de nuevo nuestra propuesta, paso a responder a muchos seguidores acerca de las coincidencias o no de nuestra propuesta plebiscitaria con una nueva propuesta de la sociedad civil que ha salido recientemente por iniciativa del Dr. Andrés Mezgravis, muy conocido por su anterior propuesta de la aplicación del TIAR a la crisis de Venezuela. De acuerdo con sus “Lineamientos para la organización de la sociedad civil”, en ambas propuestas se busca el Cese de la Usurpación, con lo cual existe coincidencia con los objetivos fundamentales de la Consulta Popular Plebiscitaria, aunque la manera expresada en el punto No. 2, “mediante el único medio posible: la obtención de asistencia militar”, es optativa en la Consulta pues eso dependerá del resultado y la reacción del régimen ante el mandato popular. Nosotros no nos estamos planteando una Consulta Popular para sacar a tiros el régimen (aunque eso a muchos nos encantaría). Es para hacer valer la Soberanía que solo reside en el pueblo para decidir la continuidad o no de alguien que no queremos en el poder porque eso está previsto en nuestra Constitución. La Consulta sería la expresión más depurada del principio de Autodeterminación de los Pueblos, tan defendido en la Comunidad Internacional.

Leyendo con mucho cuidado la nueva propuesta y oyendo las entrevistas realizadas a sus promotores, la veo con mucha simpatía por dos razones fundamentales: a) se desea hacer valer la voz de la sociedad civil por encima de quienes han olvidado su papel de representación política de los venezolanos; y b) sería un paso importante para que los ciudadanos hagan efectiva la previsión establecida en el Artículo 5 Constitucional del ejercicio directo de la Soberanía, por encima de la representación indirecta que ostentan los partidos políticos.

Elegir de alguna manera (ya veremos eso más abajo) a miembros de la sociedad civil en representación de los venezolanos para que actúen nacional e internacionalmente para lograr la “asistencia militar” para salir del régimen de Maduro, es una reacción natural ante el desastre puesto por el liderazgo de los partidos políticos. Sin embargo no debemos olvidar que la sociedad civil no es el reemplazo de los partidos políticos. La labor de los ciudadanos es de contraloría de lo que hacen con nuestra representación. Eso hay que tenerlo muy claro. Sin embargo es perfectamente válido que ante del deslave de esa función de los partidos por innumerables razones, la mayor parte de ellas asociadas a la corrupción, la sociedad civil actúe en defensa de su supervivencia y de la integridad del país proponiendo formulas temporales hasta que esta función política de intermediación genuina de los partidos se restablezca en democracia. De allí que le demos la bienvenida a esa nueva propuesta.

Ahora bien, antes de entrar en el cómo se propondrían lograr esa representación de la sociedad civil, me gustaría aclarar un poco el “cómo” de la Consulta Popular Plebiscitaria en virtud que todavía existe mucho desconocimiento de ese aspecto de la Consulta, al punto que me sorprendió la respuesta que dio el Dr. Mezgravis a nuestro amigo José Domingo Blanco (Mingo) en su programa en relación con el Plebiscito.

Ante la pregunta de si conocía la propuesta plebiscitaria de ANCO, representada por la Dra. Blanca Rosa Mármol de León y mi persona, el entrevistado la desestimó aduciendo que “…sería muy engorroso desde mi punto de vista hacerlo de la forma en que se está proyectando cumpliendo con una serie de formalidades legales, que a mi modo de ver ha sido uno de los principales obstáculos para organizar a la sociedad civil. No podemos pensar en un proceso electoral para organizar a la sociedad civil cuando sabemos que eso es imposible. Nada más que recomponer el registro electoral puede tardar más de un año. Realizar unas elecciones formales donde va el elector a depositar su voto en una caja si se decide realizar de una manera manual y no electrónica, pues igualmente sabemos que eso va a estar expuesto a las acciones de los colectivos y todo este tipo de cosas que ya hemos vivido durante 20 años…”

Debo confesar que me sentí decepcionado al oír esa explicación, no solo porque no se ajusta de ninguna manera a lo propuesto por nosotros sino porque si el Dr. Mezgravis todavía no ha entendido nuestra propuesta, ¿qué podemos esperar que entienda el resto de los venezolanos que no tienen su nivel? Esta respuesta crea confusión y desinforma a la gente de lo que efectivamente proponemos. Y la culpa no es de él, es nuestra. No la hemos sabido explicar bien, a pesar de las infinitas horas, publicaciones, artículos, y entrevistas, que hemos realizado desde que comenzamos con el tema, cuando Maduro convocó a una Constituyente sin tener la cualidad constitucional para hacerlo.

Para el Dr. Mezgravis y el resto de los venezolanos: no estamos convocando a una Consulta Popular Plebiscitaria para “organizar a la sociedad civil”. La convocamos para que se pronuncie y decida la usurpación del poder en Venezuela. Y en cuanto a “las formalidades legales” nadie como el Dr. Mezgravis, siendo abogado debe entender que no podemos decir que el pueblo venezolano se pronunció por algo de una manera legítima sin que medie un respaldo auditable físicamente de que fueron efectivamente los venezolanos quienes votaron por eso. Así ocurre en todas partes del mundo salvo en Venezuela. Para ello hemos diseñado una fórmula técnica inmediata que mejora de una manera sustancial la consulta realizada el 16J-2017, con la que se iniciaría la reconstrucción del Registro Electoral. Podemos usar el RE actual siempre y cuando exista una votación y escrutinio manual y depuremos al RE en el proceso. Eso fue lo que decidió el TSJ Legítimo en su sentencia del 13 de Junio de 2018. Y eso no es de ninguna manera “engorroso” como se demostró el mismo 16J-2017 con más de 7,5 millones de sufragios manuales contados en un día, y organizados en dos semanas. Asimismo se demostró que la sociedad civil se puede organizar y llevar a cabo unos comicios manuales sin la intervención del Poder Electoral y dar los resultados inmediatamente.

Pero lo más importante, como ya lo mencioné antes, es que si se realiza esta Consulta Plebiscitaria es porque el régimen accedio a ello como una solución impuesta por la Comunidad Internacional a la crisis venezolana, no antes. De allí que cuando se realice esa Consulta en Venezuela, no existirán colectivos que la impidan porque será el mismo régimen el que amarrará a sus perros. Eso no saldrá de ANCO ni de nadie aquí en Venezuela. De allí que nos estemos movilizando para abordar a importantes factores internacionales para explicar bien esa solución, que es como ya hemos dicho una solución política al problema. La nueva propuesta no va en un sentido directo como la Consulta Popular Plebiscitaria, sino que hace un paso intermedio para seleccionar nuevos actores para que a su vez trabajen a favor de una intervención militar en Venezuela, para lograr lo mismo que la Consulta Plebiscitaria lograría en un solo paso, lo cual no es a mi juicio de ninguna manera desdeñable, aunque si más largo.

Habiendo hecho esta importante aclaratoria, entiendo que la nueva propuesta involucra la elección de representantes de la sociedad civil a través de mecanismos electrónicos utilizando las Redes Sociales (RRSS). Sería un contrasentido si yo acordara ese mecanismo habiendo sido uno de los testigos técnicos de la Sentencia del TSJ Legítimo que anuló el Voto y Escrutinio Electrónico en Venezuela. De allí que la Consulta Popular Plebiscitaria proponga el uso del voto y escrutinio manual con respaldo tecnológico para dar a conocer de inmediato los resultados, perfectamente auditables. Desde ahora les digo: ya tenemos la solución técnica para este Plebiscito. Lo que resta es organizar a la gente para que vote y organice las mesas y los centros, dentro y fuera de Venezuela. Y eso depende de los venezolanos, aquí y en el exterior. Allí es donde la nueva propuesta puede ser de gran utilidad como complemento de una consulta ciudadana.

La solución técnica que hemos diseñado puede ser utilizada, no solo para la Consulta Popular Plebiscitaria sino para una elección de venezolanos dentro y fuera del país para que representen a la sociedad civil. Ponemos a disposición de esta iniciativa esta solución técnica, con lo cual ambas propuestas podrían ser complementarias. Estamos abiertos a realizar esa discusión a la brevedad porque al final del camino ambas propuestas van en beneficio a buscar una solución al grave problema que nos aqueja como pueblo, de la mano de los mismos ciudadanos.

Las cosas no salieron como pensamos en el 2012 cuando escribía “…si las cosas no salen como pensamos y Chávez se alza con el triunfo, -fraude técnico dixit-, aceptado por esta oposición política, veremos entonces un escenario muy diferente. ¿Quiénes se quedaran para «echarle un camión» de voluntad a este país? Respuesta: la oposición civil. Los que siempre estaremos y que no dejaremos que este país se vaya por el caño porque unos políticos lo vendieron. No, no es un llamado a la anti política. Es un llamado a jugar a la política de verdad. No eso que nos llevó a este despeñadero y que le sirvió de justificativo a un militar golpista en 1992 para romper su juramento. Esa oposición civil tendrá las formas que la circunstancia amerite y se mimetizará en su mejor forma para recuperar la democracia. Dios quiera que no tengamos que llegar allí, pero si llegamos, allí estaremos…”. Pues pasó exactamente así, llegamos aquí después de tantos años y todavía estamos. Nos vendieron y lo seguirán haciendo porque así ha funcionado históricamente la oposición oficial, con y sin Guaidó. Ahora, la oposición civil se hizo presente en su mejor forma con fórmulas para recuperar la libertad y la democracia. ¡Usémoslas! Nunca será tarde para hacerlo.

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